Conoce a Rachel Huang
Administradora de cuentas corporativas en Junyi Academy
En las comunidades agrícolas de Taiwán, era difícil lograr que algunas familias se entusiasmaran por la educación de sus hijos. Si no les iba bien en la escuela, se les pedía que ayudaran en la granja familiar.
Sin embargo, Rachel Huang, administradora de cuentas corporativas en Junyi Academy, notó un cambio en esa forma de pensar, junto con una creciente aceptación del papel de la tecnología en el proceso de aprendizaje, ya que los padres comprendieron cómo la educación amplía las oportunidades futuras de sus hijos. Tiene un gran interés y experiencia en asuntos internacionales, y busca mejorar la postura geopolítica de Taiwán educando a su juventud y mejorando la reserva de talentos. Rachel cree que Junyi Academy puede suscitar este cambio.
Junyi Academy es una organización sin fines de lucro de Taipéi cuya misión es proporcionar contenido personalizado a niños y niñas que les permita aprender en un entorno ideal para ellos. Una forma en que logra este objetivo es capacitando a los profesores para que incorporen el aprendizaje electrónico en sus aulas. “En un aula tradicional, se espera que todos los estudiantes sigan el mismo ritmo, lo que puede ser un desafío para quienes tienen dificultades para mantenerse al día o ya están listos para avanzar”, señala Rachel. “Este enfoque [de aprendizaje electrónico] mejoró significativamente el rendimiento académico de los estudiantes, ya que pueden interactuar con el material de una manera que se adapte a su estilo y velocidad de aprendizaje”.
Rachel compartió la historia de un estudiante que tenía dificultades para aprender en clase y cuyos padres no podían brindarle mucho apoyo en casa. El profesor del estudiante, que participó en el programa de Junyi, consideró que pasar más tiempo frente a la pantalla después de la escuela podría resultar beneficioso para el menor. Sin embargo, su madre tenía dudas al respecto y le preocupaba que su hijo usara la tecnología para jugar. Pese a ello, el profesor se ganó la confianza de la madre y usó la tecnología para ayudar al estudiante a mejorar sus hábitos de estudio. Al mismo tiempo, propició buenas relaciones con ella explicándole cómo funcionan la tecnología y el programa en varias llamadas al final del día. Finalmente, la madre aceptó el programa, sobre todo cuando notó que mejoraron las calificaciones de su hijo.
Google consideró importante capacitar a los profesores de comunidades marginadas y, por ello, invirtió en Junyi para capacitarlos. Rachel comenta que esta inversión ya benefició mucho a la comunidad, y Junyi ahora tiene una visión para implementar el aprendizaje personalizado. “El objetivo es adaptar la educación no solo al ritmo, sino también a los intereses, las fortalezas y los objetivos únicos de cada estudiante, lo que les proporciona una experiencia de aprendizaje verdaderamente individualizada”, afirma.
Sin embargo, Rachel Huang, administradora de cuentas corporativas en Junyi Academy, notó un cambio en esa forma de pensar, junto con una creciente aceptación del papel de la tecnología en el proceso de aprendizaje, ya que los padres comprendieron cómo la educación amplía las oportunidades futuras de sus hijos. Tiene un gran interés y experiencia en asuntos internacionales, y busca mejorar la postura geopolítica de Taiwán educando a su juventud y mejorando la reserva de talentos. Rachel cree que Junyi Academy puede suscitar este cambio.
Junyi Academy es una organización sin fines de lucro de Taipéi cuya misión es proporcionar contenido personalizado a niños y niñas que les permita aprender en un entorno ideal para ellos. Una forma en que logra este objetivo es capacitando a los profesores para que incorporen el aprendizaje electrónico en sus aulas. “En un aula tradicional, se espera que todos los estudiantes sigan el mismo ritmo, lo que puede ser un desafío para quienes tienen dificultades para mantenerse al día o ya están listos para avanzar”, señala Rachel. “Este enfoque [de aprendizaje electrónico] mejoró significativamente el rendimiento académico de los estudiantes, ya que pueden interactuar con el material de una manera que se adapte a su estilo y velocidad de aprendizaje”.
Rachel compartió la historia de un estudiante que tenía dificultades para aprender en clase y cuyos padres no podían brindarle mucho apoyo en casa. El profesor del estudiante, que participó en el programa de Junyi, consideró que pasar más tiempo frente a la pantalla después de la escuela podría resultar beneficioso para el menor. Sin embargo, su madre tenía dudas al respecto y le preocupaba que su hijo usara la tecnología para jugar. Pese a ello, el profesor se ganó la confianza de la madre y usó la tecnología para ayudar al estudiante a mejorar sus hábitos de estudio. Al mismo tiempo, propició buenas relaciones con ella explicándole cómo funcionan la tecnología y el programa en varias llamadas al final del día. Finalmente, la madre aceptó el programa, sobre todo cuando notó que mejoraron las calificaciones de su hijo.
Google consideró importante capacitar a los profesores de comunidades marginadas y, por ello, invirtió en Junyi para capacitarlos. Rachel comenta que esta inversión ya benefició mucho a la comunidad, y Junyi ahora tiene una visión para implementar el aprendizaje personalizado. “El objetivo es adaptar la educación no solo al ritmo, sino también a los intereses, las fortalezas y los objetivos únicos de cada estudiante, lo que les proporciona una experiencia de aprendizaje verdaderamente individualizada”, afirma.
Para muchos de estos estudiantes, sus circunstancias familiares pueden limitar su exposición a oportunidades y perspectivas más amplias. Como resultado, dependen mucho de sus profesores para que les “muestren el mundo”. Estos educadores, capacitados a través de programas como el que apoyan Google y Junyi, se convierten en figuras importantes en la vida de los estudiantes, ya que no solo ofrecen instrucción académica, sino también mentoría y orientación que ayudan a dar forma a sus caminos futuros.
— Rachel Huang